24/2/09

MASAS Y PODER




Incoherente, brillante, demoledora, escalofriante, estridente, o delirante, son algunas de las palabras que podrían describir el documental del artista belga Johan Grimonprez, dial H-I-S-T-O-R-Y, un documental armado básicamente con material de archivo, que desvela la situación política y mediática desde el primer secuestro aéreo ocurrido en 1931.

Al principio aparenta exigir un conocimiento profundo en cultura general e historia mundial, pero el artista mas bien se va apartando de la seriedad y gravedad de las situaciones, para replantear un mundo más ligero con increíble sentido del humor, y capacidad de reescribir mentalmente nuestra historia, aunque sea por unos minutos.
Esto lo logra, por medio de la edición y la música fuera de lugar e insinuante que satiriza la imagen para convertirla en un presente, que pisotea algo imposible de cambiar, el pasado.

Con mucho material, como notas, reportajes, fragmentos de películas de ciencia ficción, y fotografías, se monta una especie de collage que en contenido es muy impactante por recordar atrocidad tras atrocidad, pero que en forma provoca mucha risa.

Se relatan todos los secuestros de avión desde el primero en 1931 hasta el de 1980.
Acentuando la información en los años 60 y 70 por ser el momento político mas turbulento, en cuanto a terrorismo. Pero también por ser el momento clave para comprender que los medios pueden ser el un enorme espectáculo, y este documental intenta sacudir, y recordar la posición neutral de las masas occidentales ante tales daños, gracias a que los medios masivos de comunicación habían inyectado una dosis de ceguera y una dosis de anestesia, que adornando la verdad y manipulando la mentira, se formó un círculo en el que las masas ya no son impresionadas, se desensibilizan lo que requiere un amarillismo mucho más atroz por parte de los medios.

Lo que Johan Grimonprez propone con este documental, no es ilustrarnos con eventos terroristas ocurridos a lo largo de cincuenta años, pero sí atacar a las masas incapaces de abrir los ojos ante la verdad del poder político y mediático, siendo más fácil digerir el terrorismo desde una zona de confort.

Dial history también es una paradoja muy interesante, por que un documental lo hemos visto con Vertov, funciona como un ojo que captura la verdad, pero ahora nos damos cuenta que independientemente de que el público actual sea escéptico, los documentales también intentan falsificar y alterar la realidad, en el caso de dial History lo notamos mejor desde el uso de música absurda y la edición fluida, para replantear imágenes o situaciones conocidas mundialmente, que con un toque de brusquedad le hace ser tragicómico.

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