25/2/09

FOU FOU



Una joya del documental, difícil de conseguir pero todavía mas difícil de digerir. Para muchos, esta cargado de una temática grotesca, teatral o quizás delirante, pero en realidad lo que debemos intentar es mirar los rituales, o las culturas ajenas a la nuestra con ojos de alguien que no sabe juzgar, que cuenta con la capacidad total de asombro y que puede delimitar la delgada línea entre nuestras carencias y lo que es la verdad, además es más fácil embutirse a situaciones que nos pertenecen o que comprendemos.

Considero que el trabajo dirigido, fotografiado y narrado por Jean Rouch en 1955, es de una genialidad, frescura y minuciosidad expansiva, en parte por la búsqueda y en parte por la capacidad de incrementar el drama en las acciones de los nativos practicantes del culto Hauka, increíble pero cierto, fue rodada en un solo día, y aplicando la cámara participativa, Rouch fomentó que el ritual fuese más intenso y el desenvolvimiento de los Haukas mucho más poderoso.

"Los maestros locos" muestra un ritual que no se debe tratar de entender en estructuración ni fundamento, porque el mismo Jean Rouch no discernía del todo lo que se desarrollaba, después de su investigación, acompaña al documental con una voz que intenta traducir la situación y el lenguaje de los trabajadores de las regiones de Níger, ubicados en Accra, donde se reúnen para celebrar su rito anual, entre posesiones y remembranzas, cada integrante simula y personifica ser el sacerdote, el conductor de locomotoras, el alcalde, el doctor, el general, etc. Lo que más sacude es la parte del sacrificio y el perro ingerido, con el altar y la piedra sagrada, los Haukas miran al cielo y deciden partir para que no tengan que pagar extra por el transporte público nocturno.
Al día siguiente, cada uno regresa a sus actividades laborales y sociales, como si nada hubiese pasado.

Lo interesante de cómo Jean Rouch lleva al máximo la cámara participativa, son los estados de psicosis autoinducidos por los Haukas, resultando de un estado de trance no del todo inconciente. Por consiguiente, cuando Jean Rouch proyectaba fragmentos del documental, los mismos africanos comenzaban a entrar en trance, sin saber escribir o leer, las imágenes hablaban por sí solas y a tal magnitud que engendraban una nueva experiencia de trance para el grupo.
Considerado como cine trance, por razones culturales y abismales, no es la misma experiencia que vive un francés en comparación a la de un africano, al mirar el documental. Puesto que para los franceses no son más que costumbres de unos locos, ajenas en su totalidad a su entorno y su cultura, mientras que los africanos la miran para conseguir presionar el botón mental que les genere un estado de trance momentáneo.
Jean Rouch al ser el creador de la cámara en mano y participativa, con "Los maestros locos", entretejió un documental que puede ser comprendido mejor en contenido por los africanos, pero admirable para los occidentales que colocan un velo de humildad ante el asco y lo grotesco de la forma.

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