20/6/09

The thin blue line


La primer película de misterio que en realidad resolvió un caso judicial. Es la controversial y fascinante historia que relata el documental “The thin blue line”, en la que se presenta el caso del Randall Adams, sentenciado a muerte por el supuesto asesinato de Robert Wood, un policía de Dallas en 1976.

Con un toque de ficción, el director Errol Morris es el “excéntrico taxidermista norteamericano”, pionero en la creación de este tipo de películas documentales, un estilo copiado e imitado en cine y televisión, aunque no lleguen a tener la fuerza del mismo.

El director es un gran seguidor del trabajo de Frederick Wiseman, y aunque en factura sean totalmente diferentes, la influencia es notable. Primero que nada, porque hay un interés en concreto por denunciar situaciones socio-políticas, en segundo lugar porque los personajes de ambos cineastas están lejos de ser gente ordinaria y cerca de trazar paralelos filosóficos, aunque Errol Morris asegure que no existe gente normal.

Las historias que más le interesan a Errol Morris son aquellas que vayan más allá de lo inusual, que cuenten con cierto grado de filosofía. Por eso el caso del condenado y arrestado Randall Adams, un sobreviviente de Grigson que el director investigó a fondo para descubrir su inocencia, por eso decide seguirlo de cerca. Lo más increíble de todo, es que gracias a Thin Blue Line, el convicto puede liberarse de la cárcel.

Como una especia de film noir, este documental se estructura en base al misterio y a la información bien distribuida y resguardada, el espectador se convierte en un investigador más, la cámara de Errol Morris recorre los rincones más oscuros para sacar a la luz, algunas de las pistas que prueben la inocencia de Adams. En estos casos, la verdad no es absoluta ni totalmente comprobable, es por eso que la sensación de ficción hace mancuerna perfecta con la realidad. Aunado a esto, el uso de las recreaciones expresionistas, las entrevistas y la conocida musical de Philip Glass, son elementos que fundan un estilo altamente propositivo.
Como espectador te quedas anonadado por la fuerza de un aparente falso documental que encara dualidades, por un lado se aprehende al mundo real y por el otro este mundo se infiltra con la paranoia y el desconcierto de la ficción.

El nombre proviene de un término coloquial empleado por policías, para sugerir que la delgada línea azul y roja que representa a las fuerzas armadas, son los que previenen a la sociedad gringa de descender en el caos.

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